No importa si venden productos físicos (de cualquier tipo), cursos online, asesorías personalizadas o servicios profesionales.
Hay algo que se repite en casi todos los negocios que conozco: hacen publicidad, los clientes escriben interesados, pero no reciben respuesta a tiempo. O reciben una sola respuesta al final del día, cuando alguien por fin tiene un hueco de tiempo. Y si no hacen seguimiento, si no guardan esos datos, si no vuelven a hablarle a esa persona… la venta se enfría. Se va. Se pierde.

Muchas veces el emprendedor culpa al precio, al producto, al vendedor… o, lo peor de todo, se frustra y empieza a preguntarse si realmente está haciendo las cosas bien.
Pero no es porque el producto sea malo. Ni porque el precio sea alto.
En muchos casos, está todo bien.
Pero simplemente… nadie dio seguimiento. Nadie sostuvo esa conversación. Nadie tiene tiempo para “esas cosas”.

Y esto no es un tema teórico. Lo viví yo mismo.

En Pecosa, nuestra escuela de tejido, donde nos llegan decenas de mensajes diarios y yo sentía que los estaba atendiendo “lo mejor que podía”.
En ImPerfecta —la mejor marca de agendas, cherri incluido jeje—, cada campaña de publicidad era un éxito en alcance. Llegaban muchísimos mensajes, pero el WhatsApp se nos venía encima, al punto de tener, en alguna campaña, más de 20 vendedoras solo para responder rápido y no dejar a nadie colgado.

Después empecé a buscar soluciones… y encontré muy pocas alternativas reales.
O eran muy caras, o demasiado complejas de aprender. Requerían personal técnico en el equipo, más tiempo, más inversión. Más plata.

Decidimos afrontar el problema. Resolver ese gran dolor tecnológico.
Y luego —casi como un experimento, por curiosidad— empecé a hablar con otros emprendedores.
Al principio amigos, después amigos de amigos, y luego ya por viajes, eventos, reuniones.
Me entrevisté con decenas de emprendedores, chicos y grandes, de Perú, Colombia y Argentina.
Rubros distintos, equipos distintos, realidades distintas…
Pero el mismo fondo en todas las conversaciones:

“Tengo muchos mensajes, pero no cierro muchas ventas.”
“Siento que pierdo plata.”
“No me alcanza el tiempo para atender bien.”

No sé si esto le pasa a todos, pero estoy seguro de que le pasa a demasiados.

Y aunque hoy la inteligencia artificial ya es una realidad —y definitivamente está de moda—, y parezca que “todo se puede automatizar”, la verdad es que para la mayoría todavía es algo lejano.
Surgen las dudas:

• ¿Cómo lo implemento en mi negocio?
• ¿Servirá para mí?
• No quiero un robot atendiendo a mis clientes.
• Yo lo puedo responder mejor.
• No tengo tiempo.

Y sí, en general, creo que no se habla lo suficiente.
No hay soluciones concretas para nosotros.

No es glamoroso decir:

“Estoy perdiendo plata por no responder un mensaje.”

Pero esa es la realidad de muchas PYMEs en Latinoamérica.

Justamente desde ahí nace Reppli.
No como una idea que se me ocurrió, sino como respuesta a algo que me tocó vivir.
Y que hoy viven miles de empresas en la región.
Es un dolor común, pero que pocos saben cómo solucionar.

El emprendedor latinoamericano crea, produce, soluciona…
Pero estamos en 2025. La tecnología avanza todos los días.
Y automatizar ya no es un lujo ni una moda.
Es una necesidad urgente.
Es, literalmente, la diferencia entre los que siguen vendiendo y los que ven cómo su competencia se llena de clientes mientras ellos siguen “respondiendo cuando pueden”.

Esto recién empieza.
Hoy somos un equipo de profesionales especializados que quiere cambiar esa realidad en las PYMEs de la región.
No con bots fríos —que, siendo sinceros, todos odiamos—, sino con estrategias conversacionales reales.
Diseñadas para cada marca.
Que respondan con la esencia de cada negocio.
Con el mismo cariño que le pondría el emprendedor… pero sin tener que estar ahí 24/7.

Y si lo entendemos tan bien, es porque no solo lo estudiamos.
También lo vivimos.

Eso es Reppli hoy.
Y desde ahí iremos creciendo, iremos sirviendo a más y más empresas.

Si crees que esto le pasa a alguien que conoces, campártele esto.
Y si te pasa a ti, escríbenos.
Estamos seguros de que podemos ayudarte con ese problema.